¿Cómo trabajar con grupos grandes en una clase de español?
Trabajar con grupos grandes en una clase de español es un desafío común para nuestros profesores, ya que implica manejar la diversidad, la participación y la comunicación de los estudiantes de forma efectiva.
Una de las primeras cosas que hacemos en nuestra escuela es identificar las características, necesidades y objetivos de nuestros estudiantes, para poder adaptar nuestros contenidos, actividades y metodologías a su nivel, interés y ritmo de aprendizaje. Por ejemplo, al principio, utilizamos un test de nivel inicial y también una entrevista. Más tarde, en las clases, ya usamos técnicas como la observación, para conocer más a nuestros estudiantes, o las pruebas evaluativas.
Para nosotros es también muy importante planificar nuestras clases con una estructura clara y coherente, que incluya una presentación, una práctica y una producción de los contenidos lingüísticos y culturales que queremos enseñar. También debemos establecer los criterios y los instrumentos de evaluación que vamos a utilizar para medir el progreso de nuestros estudiantes.
Nuestro profesorado siguen un sinfín de estrategias y plantean una gran variedad de actividades para fomentar la comunicación y la colaboración entre nuestro alumnado, tanto en la modalidad presencial como en la virtual. Veamos algunas de esas estrategias o actividades:
Los profesores y las profesoras de nuestra escuela intentan fomentar el uso de nuestro idioma sea el nivel que sea, sin tener miedo a equivocarse o a pronunciar mal. De esta manera, creamos un ambiente de confianza y respeto, donde se valora el esfuerzo y se corrigen los errores de forma constructiva.
Además, para nosotros y nosotras, es vital proponer temas interesantes, útiles y prácticos a nuestros estudiantes. Por ello, creamos e utilizamos materiales propios pero también usamos material auténtico como vídeos, canciones, noticias, etc., que reflejen la realidad del mundo hispanohablante.
Asimismo, es necesario no abusar de la actividad individual y/o si la hay, que esté incrustada en una de trabajo en pareja o de grupo. Es importante que esas parejas o grupos no sean siempre los mismos, ir rotando a todos. Son muchas las técnicas que permiten a los estudiantes interactuar, compartir y aprender unos de otros. Estos son algunos ejemplos que nosotros usamos en nuestras clases: role-play, lluvia de ideas, entrevistas, juegos, debates,…
La manera de organizar el mobiliario de clase también ayuda a fomentar el trabajo en grupo y la creación del ambiente dinámico del que estamos hablando. Es bueno que los estudiantes se vean las caras y no estén uno detrás del otro como en un examen tradicional. Explicar algún concepto en grupos o presentar un proyecto delante de toda la clase es una buena técnica para crear dicho ambiente dentro del “gran grupo”.
Para acabar, resaltar la importancia de las herramientas tecnológicas no solo para el profesorado sino también para los alumnos y las alumnas. Para el primero, le ayuda a ofrecer contenidos y actividades variadas, dinámicas y personalizadas, y para los segundos, les facilita el acceso, la motivación y la creatividad.