Comienza el nuevo año y con él la mayoría de países dan por finalizadas sus fiestas navideñas. Una vez pasada nochevieja, se vuelve a la rutina y se da ya por concluida la Navidad. Sin embargo, en España, las fiestas no se dan aún por acabadas. Para los españoles, aún queda por delante una de sus tradiciones más arraigadas y que con más cariño esperan año tras año: “El día de Reyes Magos”.
Esta tradición tiene un origen religioso. Según cuenta la historia, después del nacimiento del niño Jesús, los Reyes Magos Melchor, Gaspar y Baltasar viajaron desde oriente hacia Belén para darle la bienvenida obsequiándole con regalos. Según las escrituras históricas, los Reyes regalaron al recién nacido oro, incienso y mirra. El primero de ellos como representación de la realeza, incienso como símbolo de divinidad y mirra como símbolo de humanidad.
Lo cierto, es que en realidad las escrituras no esclarecen con certeza quienes eran ni cuántos con exactitud, ni tampoco si realmente eran reyes. En cuanto al término de “Magos” se cree que hace más bien referencia a que eran personas dotadas de gran sabiduría.
Todo comienza unos meses antes, cuando los niños elaboran una carta en la que dejan plasmados todos los regalos y juguetes que quieren recibir. Si se han portado bien, la mañana del 6 de enero encontrarán lo que han pedido en sus casas. De lo contrario, los Reyes Magos, que son muy sabios y lo saben todo, dejarán en su lugar carbón como lección para los más revoltosos. Aunque hemos de destacar que los niños españoles tienen que ser muy buenos, porque esto casi nunca pasa. Y si pasa… no hay de qué preocuparse ya que es un castigo algo dulce, ¡el carbón está hecho con azúcar!
Aunque la fecha del día de Reyes es el 6 de enero, las fiestas comienzan en la víspera a este día. Durante la tarde del 5 de enero, las calles principales de las ciudades españolas se llenan para recibir a los Reyes Magos que llegan en una cabalgata. En ella, sus Majestades van en carrozas acompañados de los pajes reales mientras reparten caramelos entre los niños. Destaca que esta tradición varía incluso dependiendo de la ciudad de España en la que nos encontremos. En Barcelona, por ejemplo, los Reyes llegan a la ciudad desde el Mar y en Alarilla son algo más intrépidos y llegan en parapente.
Una vez concluye la cabalgata hay que correr a casa para acostarse temprano ya que, de lo contrario, si los Reyes Magos encuentran a los niños despiertos, no podrán dejarles sus regalos. Esto no es tan sencillo como parece, ya que los nervios suelen invadir a los más pequeños que se encuentran impacientes por su llegada.
Además, para recibirles como se merecen, se les suele dejar algo de comida y bebida como algún trozo de turrón o polvorones para que repongan fuerzas. Visitar a todos los niños de España en una sola noche desde luego que no es tarea fácil.
Sin duda, la mañana del 6 de enero es el día en el que más madrugan los niños de España. Están tan ansiosos por ver si les han visitado durante la noche los Reyes para dejarles sus esperados regalos que dormir hasta tarde se convierte en algo secundario. Una vez levantan a sus padres y van a comprobar si efectivamente los Reyes han venido, es hora de ¡abrir los regalos!
Aunque para empezar bien el día de juegos tan intenso que acaba de empezar, no hay nada mejor que desayunar un trozo de una de las recetas más típicas de la gastronomía navideña: el Roscón de Reyes. Este es un bollo dulce en forma de rosca que suele estar decorado con fruta escarchada y relleno de crema o nata. Además, en su interior alberga un haba y una pequeña figura. La tradición manda que quien se encuentre la figura será coronado rey y quien encuentre el haba, no será tan afortunado porque… ¡le tocará pagarlo!
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